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Te prometo quedarme siempre a menos de un kilómetro, y prometo besar tus labios, mirarte a los ojos, decirte que todo es un sueño… y estamos despiertos.
Él, que con solo mirarlo… hace que me olvide de todo, que me pierda en su mundo, en nuestro mundo, y no importe más que el latir de nuestros corazones. Él, que entiende todas mis miradas, y yo… que podría pasar el resto de mi vida tan solo mirándolo, a él, y a su sonrisa, esa sonrisa que todo estos meses no reflejaba felicidad, por mucho que él quisiera aparentar lo contrario. Tras esa sonrisa quedaban muchas noches sufriendo de miedo y de culpa, y yo lo sabía, pero no se lo decía. Porque es él, tan especial, tanto… como su mirada y su sonrisa. Porque cuando él me mira, el resto del mundo desaparece, y no hay nadie más, solo él… y yo, porque no importan los problemas en cada milésima de segundo que pasamos juntos, esos son los momentos en los que más disfruto… cuando estamos solo él, solo yo, solo nosotros.
Son esos momentos en los que estamos tranquilos, dejando atrás malas decisiones y las preocupaciones, porque cuando estoy con él desaparecen todos mis problemas, él desarma todos mis esquemas, y hace que solo exista en mí un miedo: el perderlo, el que esos momentos no sean eternos.
Cuando estamos solos, podemos estar en silencio, simplemente porque no hay nada que decir, simplemente porque ya sabemos todo, porque no hay que demostrarle a nadie qué somos o qué no somos, porque no hay que esconder nada, no hay que fingir, no hay que actuar. Solo somos nosotros.
Solo puedo decir… que me alegro de tenerlo a él, a su mirada, su sonrisa, sus brazos que me cobijan cuando me encuentro perdida, me alegra tenerlo, por lo que es él cuando está conmigo… Y es que nadie más puede verlo, nadie más es testigo de lo que realmente somos, cuando solo somos nosotros, por eso estos momentos son tan únicos, y por eso lo amo tanto.
No espero nada más de él, ni él espera nada más de mí.
Y ahora solo lo quiero a él. Solo él.
Sin demostraciones, sin problemas, sin injusticias, sin mentiras, sin escándalos, sin preocupaciones.
Sin nada más que nosotros. Solo él.
No hay nada mejor que él, que estar con él, que hablar con él, que recibir un mensaje de él, callar con él, pensar en él, soñar con él, mirar con él, esperar con él, luchar con él. Con él, todo eso que significa para mí. Su sonrisa. Su mirada.
Todo. Él significa todo para mí.
Porque en estos meses aprendí, que lo importante realmente en mi vida, se resume en una palabra: Él. Y, sobre todo aprendí, que lo que no te mata… te hace más fuerte.
Y nuestro amor, está más fuerte que nunca.
Aprendí, que eres mi vida... Y sin ti, no soy yo.
